¿Qué es la corrupción?
PROBLEMA 1:
En las denuncias presentadas a la Contraloría General de la República, órgano de control fiscalizador, se evidencia que la corrupción política constituye un problema muy grave en el Perú. En el 2016, las estadísticas elaboradas por la Defensoría del Pueblo indican que las entidades más denunciadas son los gobiernos locales, representando un 52% del total. Asimismo, el 99% de ellas expone un perjuicio económico al Estado. Por ello, es importante mencionar la corrupción política como causante del lento desarrollo de la sociedad. Esto nos indica el obstáculo que representa para la sociedad, puesto que vulnera los derechos de la ciudadanía.
La corrupción política perjudica el desarrollo de la sociedad, provocando consecuencias catastróficas en nuestro país, de las cuales mencionaré dos. En primer lugar, se evidencia la disminución de la inversión del Estado en bienes y servicios que corresponden a nuestra sociedad. Por ejemplo, perjudica el gasto orientado a las construcciones públicas, los incrementos salariales, la generación de nuevos puestos de trabajo, entre otros. La reducción del gasto en construcciones públicas se traduce en disminuir los fondos y recursos destinados a intereses colectivos. Por ello, se alteran presupuestos en fines que no corresponden. La reducción de ese presupuesto genera construcciones de obras con mala infraestructura, poniendo en peligro la seguridad de toda la población como puentes, hospitales, calles y escuelas con construcciones deficientes e inseguras. Esto disminuye el crecimiento de la sociedad y nos impide llegar al nivel de economías avanzadas, debido a que para desarrollar la productividad con eficacia es necesario invertir en infraestructuras de calidad. En segundo lugar, la corrupción es un factor que acrecienta la desigualdad de la sociedad, debido a que el costo de la corrupción es bastante alto y perjudicador, principalmente, para sectores vulnerables. Una de las principales manifestaciones de la corrupción política está representada por la desviación de los recursos del Estado para fines personales, permitiendo al político corrupto la acumulación indebida de riquezas en perjuicio de quienes verdaderamente lo necesitan. Pablo Zoido y Larry Chavis (2003), en su investigación estadística sobre corrupción, sostienen que los funcionarios corruptos no buscan el bien común y se aprovechan de los recursos del Estado para enriquecerse. Por otra parte, se debe destacar que la corrupción política ocasiona que los recursos del Estado no lleguen a los sectores en condición de pobreza y extrema pobreza, provocando una creciente insatisfacción entre los ciudadanos y, paralelamente, ocasionando consecuencias mucho más graves, como la delincuencia, la inseguridad ciudadana, el incremento de los índices de desnutrición infantil, entre otros.